Muchos de nosotros, en alguna ocasión a lo largo de nuestra vida hemos imaginado que padecemos tal o cual enfermedad tan solo porque alguien escuchó, leyó, o le contaron algo y después nos lo dijo y no tardos ni perezosos corrimos al internet a investigar y… ¡PUM! Los síntomas coinciden. ¡Qué momentos de angustia y preocupación ¡ Lo peor es que no queremos ir al doctor por miedo a confirmar que efectivamente tengamos algo y creer que así podemos dormir tranquilos.

La cultura de la prevención es una serie de principios y reglas a las que debemos darles una oportunidad. Hoy en día que tenemos información y somos conscientes de los altos índices que muestran las estadísticas del desarrollo de enfermedades, es momento de poner atención. Si, es verdad, a veces parece que nos están inventando males, males que nuestros padres y abuelos no padecieron, sin embargo, recordemos que hace 30 años la comida, la medicina y el ritmo de vida era muy diferente.

Ahora que he estado trabajando con empresas en la implementación de mis programas de nutrición integral (wellness) para sus ejecutivos, es de hacerse notar que al platicar con los directores de recursos humanos mencionen que, dentro de sus alertas en cuanto a la salud de sus ejecutivos, han detectado que al implementar ciertos beneficios han tenido un bajo índice de respuesta. Uno de ellos es el check up que cada año tienen la oportunidad de realizar para la valoración del estado de salud, mediante el cual se pueden detectar enfermedades en desarrollo inicial, sin embargo, los ejecutivos prefieren no darles importancia a estas pruebas. ¿Cuál es la razón por la que no aprovechan estos beneficios?

Por lo general existen 3 razones:

1. Por un tema cultural: desde pequeños nadie nos enseña que debemos de cuidar de nosotros mismos antes de preocuparnos por los demás. En casa, generalmente, nuestros padres no nos educaron a ser preventivos en temas de salud, nos llevaban al médico cuando ya teníamos alguna enfermedad, aunque estábamos expuestos a la información como cuando visitábamos al dentista siempre nos decían que teníamos que ir cada 6 meses a revisión para prevenir caries.

2. Por no darle importancia a nuestra salud. Nuestra salud siempre cae en los últimos temas a tratar por la falta de tiempo y por no gastar en algo que no es necesario en ese momento. Aunque sabemos que vamos a reaccionar ante el hecho de recibir una mala noticia y lo primero que haremos será lamentarnos ante el hecho de no haberlo prevenido antes. Lo peor es que no solo nos afecta a nosotros sino también a nuestra familia y a nuestra economía.

3. Por ignorancia, al no saber que existen prestaciones en la empresa en la que trabajamos o incluso existen hospitales o laboratorios que nos ofrecen paquetes accesibles para la familia y poder hacer una valoración de cómo se encuentra nuestra salud.

Hace unos meses estuve en la presentación del libro que escribió Patricia Reyes Spíndola “La vuelta da muchas vidas” donde comparte sus reflexiones y vivencias ante un descubrimiento que le cambio la vida. Ella recibió varias señales que su cuerpo que le decía que algo estaba mal y por miedo las ignoraba hasta que tuvo el valor de irse a checar y ser diagnosticada como Cáncer.

Dejemos de darle prioridad a otras cosas y enfoquémonos a estar saludables, esta demás decirlo pero todos sabemos que si tenemos buenos hábitos en nuestra vida como es el alimentarnos bien, hacer ejercicio y descansar al dormir, podremos tener otra forma de prevenir alguna enfermedad.
La decisión está en ti, en querer tener la mejor calidad de vida posible así es que alcanza los recursos, que por lo general, los tenemos al alcance de nuestra mano.